Exposición # 45 –
El Señor comienza esta porción con una gran alegoría, muy propicia al momento en que el Señor la usa, ya que la da la misma noche en que celebraba la última cena, en la que instituyó el nuevo pacto, tomando el fruto de la vid como símbolo de su sangre que sería derramada en la cruz del Calvario.
Es la razón por lo que Jesús aprovecha la oportunidad para exhortar a los suyos, en cuanto a lo que era un verdadero fruto espiritual, un fruto que se caracteriza por la permanencia en la vid. Éstas serán también, grandes enseñanzas para todo el que diga ser cristiano, y más que todo un gran reto para que cada uno se pruebe a sí mismo si es hijo de Dios.
De parte de Jesús, tres mandatos son suficientes para darle a sus discípulos; veámoslos a través del bosquejo siguiente:
I) PERMANECED EN MÍ
II) AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS
III) DAD TESTIMONIO DE MÍ
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