Este capítulo uno de la segunda Epístola del Apóstol Pedro contiene un llamado de Dios a los creyentes en nuestro señor Jesucristo, para que procuremos el crecimiento espiritual en nuestra vida cristiana.
En los primeros versículos se muestra la manera como los creyentes nacemos a la vida espiritual, y los versículos siguientes nos muestran la manera como los creyentes crecemos y fructificamos en la vida espiritual. El crecimiento espiritual se enfatiza en esta epístola, porque es la mejor manera de contrarrestar las falsas enseñanzas.
El crecimiento espiritual nos permitirá mantenernos dentro de la voluntad de Dios agradable y perfecta en todo tiempo y circunstancia. Nos permitirá tomar decisiones con sabiduría, en cada cosa que hacemos, a fin de agradar, honrar y glorificar más a Dios con nuestra vida.
I. MOTIVACIONES PARA EL CRECIMIETO ESPIRITUAL
II. RESULTADOS DEL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
III. RECOMENDACIONES PARA EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL
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