¿Qué Creémos?

Esta congregación de creyentes en Jesucristo, nacidos de nuevo y llamados santos, con su(s) pastor(es) y diáconos, tiene por nombre: 

IGLESIA DE CONVERTIDOS A CRISTO

Siendo ésta, una entidad sin fines de lucro, autónoma e independiente, con capacidad para relacionarse libremente con otras instituciones similares, local e internacionalmente.

Esta iglesia será identificada por el logo arriba indicado, el cual tiene como objetivo principal encabezar toda la papelería y propaganda de la iglesia. El mismo es propiedad exclusiva de la Iglesia de Convertidos a Cristo. Queda prohibido el uso del mismo fuera de sus objetivos.

DOMICILIO

La iglesia de Convertidos a Cristo se constituye por la voluntad de Dios, nuestro Señor y establece su domicilio principal en Calle Dr. Núñez Domínguez #30, Ensanche La Julia, en la ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, pudiendo trasladarse a otros lugares.

OBJETIVOS

Esta entidad cristiana además de glorificar el nombre de Dios en esta tierra, velará bajo la dirección del Espíritu Santo por el cumplimiento fiel de los siguientes objetivos:

A.   En lo espiritual:

1.   Desarrollar cultos de adoración pública que glorifiquen y exalten a nuestro Dios.

2.   Predicar el evangelio de Jesucristo a todo el mundo.

3.   Edificar a los creyentes, discipulándolos por la palabra de Dios, para que crezcan en su conocimiento y en su relación con él.

4.   Velar por la salud del alma de los creyentes.

5.   Establecer iglesias independientes y construir templos en cualquier parte del país, cumpliendo así sus propósitos evangelísticos, Mateo 28:19.

6.   Bautizar por inmersión a los creyentes de esta iglesia que profesen su fe en el Señor, y den muestras de arrepentimiento. El bautismo será realizado por uno de los pastores.

7.   Celebrar la cena del Señor tal como lo expresa 1 Corintios 11:23-34 en un tiempo especial dedicado a la memoria de la muerte de Cristo; preferiblemente cada primer día de la semana. Participará todo creyente bautizado y en plena comunión con el Señor y sus hermanos en Cristo. Será presidida por uno de los pastores.

B.   En lo social:

1.   Contribuir en la medida de sus posibilidades, al bienestar, primeramente de sus miembros, proporcionándoles alimentos, medicinas, vestidos y cualquier tipo de ayuda que sea necesaria.

2.   Construir edificaciones en la medida de sus posibilidades para la enseñanza académico-religiosa, con el propósito de educar no solamente a sus miembros, sino también a todas las personas que lo soliciten.

3.   Realizar labores sociales, totalmente gratis, dirigidas a los grupos necesitados del país, de acuerdo a sus posibilidades y así cumplir con el mandato del Señor de amar al prójimo.  Esto se hará a través de:

a.  Dispensarios
b.  Jornadas médicas
c.  Jornadas evangelísticas
d.  Jornadas educativas de alfabetización o de cualquier necesidad urgente.
e.  Ayuda en bienes y servicios en caso de desastres naturales.

C.   En lo económico:

1.   Auto-sustentarse mediante los diezmos y ofrendas de los creyentes.

2.   Recibir donaciones económicas y no económicas a través de:

a.  Ofrendas y cooperación voluntaria de otros creyentes. b.  Ofrendas y cooperación de otras entidades cristianas.

b.  Ofrendas y cooperación de otras entidades cristianas.

c.  Recaudaciones mediante diversas actividades realizadas por los creyentes.

  En cuanto a la recepción de donaciones siempre se usarán los medios cristianos y legales de conformidad con las Sagradas Escrituras y las leyes de la República Dominicana.  

3.   Abstenerse de solicitar bienes materiales a personas no creyentes o instituciones no cristianas.

4.   Tramitar a través de la Junta directiva cualquier propuesta de donaciones de personas o instituciones no cristianas, quienes deberán evaluar y decidir si dicha donación compromete de alguna manera la autonomía y testimonio de la iglesia. De ser aceptada se informará a la iglesia en una asamblea la decisión adoptada y los detalles de la misma.

ARTÍCULOS DE FE

A.   Las Escrituras:

1.   Creemos que la Biblia, aunque fue escrita por hombres, es la palabra de Dios, inerrante e infalible, inspirada de forma verbal y plenaria, porque Dios el Espíritu Santo guió, dirigió y supervisó a los escritores de su palabra guardándolos, conservando sus propios estilos y usando sus propias personalidades para que escribiesen los escritos originales libres de error.

2.   Es la única regla infalible de fe y práctica para toda conducta, doctrina y opinión humana. 

3.   Está compuesta por 66 Libros, de los cuales 39 componen el Antiguo Testamento y 27 el Nuevo Testamento.

4.   Todos los sucesos históricos, datos geográficos, milagros y hechos relatados, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, por ser inspirados por el Espíritu Santo son reales, veraces y literales.

Apoyo Bíblico: 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:19-21.

B.   Dios:

1.   Verdadero Dios: Creemos que hay un solo Dios viviente y verdadero, infinito en toda excelencia, que en la unidad de la divinidad existen tres distinciones personales: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; unidos en sustancia e iguales en toda perfección divina. 

Apoyo Bíblico: Génesis 1:1, 26; 2:7 Éxodo 20:1-3; Deuteronomio 6:4; 1 Corintios 8:6; Hebreos 11:6; 1 Juan 5:7.

2.   Dios el Padre: Creemos que Dios como Padre reina con cuidado providencial en su universo, en sus criaturas y en la corriente de los ríos de la historia humana según los propósitos de su gracia. Él es todopoderoso, todo amor, todo sabio. Dios es verdaderamente Padre de todos aquellos que llegan a ser hijos de él por medio de la fe en Cristo Jesús. Él es paternal en su actitud con todos los hombres que han sido salvos. 

Apoyo Bíblico: Génesis 15:11-16; Levítico 22:2; Deuteronomio 32:6; 1 Crónicas 29:10; Salmo 19: 1-3; Isaías 43:3, 15; 64:8; Jeremías 10:2-10; 17:13; Mateo 6:9-34; 7:11; 23:9; 28:19; Marcos 1:9-11; Juan 4:24; 8:5-30; 14:6-11; 17:1-8; Hechos 1:7; Romanos 1:20; 8:14-16; 1 Corintios 8:6; Gálatas 4:6; Efesios 4:6; Colosenses 1:2, 12; 1 Timoteo 1:17; Hebreos 3:4; 12:9; 1 Pedro 1:17; 1 Juan 5:7; Apocalipsis 4:8, 11. 

3.   Dios el Hijo: Creemos que el Señor Jesucristo es Dios hecho hombre, siendo verdadero Dios y verdadero hombre. Como hombre fue milagrosamente engendrado por el Espíritu Santo; nació de María, siendo virgen y aún siendo hombre fue sin pecado existiendo desde la eternidad, en igualdad con el Padre y con el Espíritu Santo. Por tanto él es absolutamente Dios y nunca dejó de serlo ni aún por un momento. Su humillación consistió en tomar forma de hombre sin separarse de su deidad. El Hijo luego de su muerte experimentó la resurrección del cuerpo y ascendió a los cielos, donde está ahora sentado a la diestra del Padre como nuestro gran sumo sacerdote.

Apoyo Bíblico: Salmos 2:7-12; 110:1; Isaías 7:14, 53; Mateo 1:18-25; 3:17; 8:29; 11:27; 14:33; 16:16, 27; 17:5; 22:44; Marcos 1:1, Lucas 1:35; 4:41; 24:46; Juan 1:1-18; 10:30; 11:25-27; 14:7-11; 16:15, 26-28; 17:1-5; 21, 22; 20:1-20, 28; Hechos 1:9; 2:22-24; 7:55, 56; 9:4-5, 20; Romanos 1:3 y 4; 3:23-26; 5:6-22; 8:1-3, 34; 1 Corintios 1:30; 2:2; 8:6; 15:1-8, 24-28; 2 Corintios 5:18-21; Gálatas 4:4, 5; Efesios 1:20; 3:11; 4:7-10; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:13-22; 2:9; 1 Tesalonicenses 4:14-18; 1 Timoteo 2:5-6; 3:16; Tito 2:13-14; Hebreos 1:1-2, 13; 2:17, 4:14, 15; 7:14-28; 9: 12-15, 23-28; 12:2; 1 Pedro 2:21-25; 3:22; 1 Juan 1:7-9; 3:2; 4:14,15; 5:9-12; Apocalipsis 1:13-18; 3:21; 5:9-14; 12:10, 11; 19:16. 

4.   Dios el Espíritu Santo: Creemos que el Espíritu Santo es una persona divina, igual que el Padre y el Hijo y de la misma sustancia y naturaleza. Él es quien convence a las personas de pecado, justicia y juicio. Testifica de la verdad; es el agente del nuevo nacimiento y es quien sella, da dones, esfuerza, guía, enseña, santifica, ayuda y testifica al creyente, morando en todo verdadero hijo de Dios. Él es el único vicario de Cristo en la tierra y es quien debe dirigir todos los asuntos en la iglesia del Señor. 

Apoyo Bíblico: Génesis 1:2; Jueces 14:6; Job 26:13; Salmo 51:11; 139:7-24; Isaías 61:1-3; Joel 2:28-32; Mateo 1:18; 3:16; 4:1; 12:28-32; 28:19; Marcos 1:10-13; Lucas 1:35; 4:1, 18, 19; 11:13; 24:49; Juan 4:24; 14:16-17; 15:26; 16:7-15; Hechos 1:8; 2:1-4, 38; 4:31; 5:3; 6:3; 7:55; 8:17, 39; 10:44; 13:2; 15:28; 16:6; 19:1-6; Romanos 8:9-11, 14, 16, 26, 27; 1 Corintios 2:10-14; 3:16; 12:3-11; Gálatas 4:6; Efesios 1:13, 14; 4:30; 5:18; 1 Tesalonicenses 5:19; 1 Timoteo 3:16; 4:1; 2 Timoteo 1:14; 3:16; Hebreos 9:8,14; 2 Pedro 1:21; 1 Juan 4:13; 5:16; Apocalipsis 1:10; 22:17. 

C.   La creación:

Creemos que Dios creó el universo, los cielos y la tierra y todo lo que en ella existe. La descripción del Génesis sobre la creación es una realidad literal e histórica del acto creativo de Dios, sin tomar parte ningún proceso de evolución. Por lo que rechazamos que este hecho sea alegoría o mito. El hombre (espíritu, alma y cuerpo) fue creado directamente por la mano de Dios y no desciende de ninguna forma de vida primitiva. Todos los hombres descienden de la pareja original histórica de Adán y Eva. Ellos son los primeros padres de la raza humana.

Apoyo Bíblico: Génesis 1 y 2; Juan 1:3; Hechos 17:24, 26; Colosenses 1:16, 17; 1 Tesalonicenses 5:23.

D.   El diablo o Satanás:

 Creemos en la personalidad de Satanás, quien es el príncipe de este mundo, el autor de todos los poderes de las tinieblas y del pecado que opera en los hijos de desobediencia. Es tentador, por excelencia y el despertador de la concupiscencia humana. Habita en las regiones celestes junto con huestes espirituales de maldad. Su destino es el juicio eternal en el lago de fuego.

Apoyo Bíblico: Mateo 4:1-3; Juan 12:31, 14:30; 2 Corintios 4:4; Efesios 2:2 y 6:11-12; Apocalipsis 20:10.

E.   La caída del hombre:

 Creemos que el hombre fue creado, originalmente inocente bajo la ley de su Creador, pero por su transgresión voluntaria, Adán cayó de su feliz estado de pureza libre de pecado y por esto, el pecado pasó a todos los hombres por cuanto todos pecaron como él. Como consecuencia de esta falta, el género humano está totalmente depravado y es copartícipe de la naturaleza caída de Adán y por esto, pecadores por naturaleza y conducta. Por esta causa todos están bajo condenación eterna, separados de Dios, sin defensa, ni excusa.

 
Apoyo Bíblico: Génesis 3:1-6, 24; Romanos 1:18; 3:10-20; 5:12, 19.

F.   El camino de la salvación:

 Creemos que la salvación del hombre es iniciada divinamente y totalmente por la gracia de Dios a través de los méritos de su Hijo Jesucristo, quien por la voluntad del Padre, libremente tomó sobre sí mismo nuestra naturaleza, pero sin pecado, honrando la divina ley con su obediencia personal, y por su muerte hizo un solo sacrificio, vicario y completo por nuestro pecado. El sacrificio del Hijo de Dios no consistió en darnos ejemplo con su muerte como si fuera un mártir, sino que fue una sustitución voluntaria de él mismo, en lugar del pecador: El justo muriendo por los injustos; Cristo el Señor, llevando nuestros pecados sobre su cuerpo en la cruz. Por tanto la fe en la obra de nuestro Señor Jesucristo es el único camino de salvación. Debemos entender que según se establece en las Sagradas Escrituras, los pecadores para ser salvos deben:

•     Reconocer que son pecadores y arrepentirse de sus pecados.

•     Aceptar a Cristo como único y suficiente Salvador.

•     Confesar con su boca a Jesucristo como su Señor y Salvador.

 Apoyo Bíblico: Isaías 53:4-7; Jonás 2:9; Mateo 18:11; Juan 3:16, 14:6; Hechos 15:11; 16:31; Romanos 3:24; 10:9-10; 1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21; Efesios 2:8; Filipenses 2:7; Hebreos 2:14; 1 Juan 4:10. 

G.   La gracia divina: 

 Creemos que la Gracia de Dios es la que opera en el hombre pecador para que éste pueda ser salvo. Por medio de esa Gracia, el pecador vendrá a tener, por la obra del Espíritu Santo, convicción de pecado, justicia y juicio y procederá al arrepentimiento y por ende a nacer de nuevo. Esta convicción lleva al pecador a tener una comprensión perfecta de su condición ante Dios y buscará una conexión con la verdad divina, para obtener una obediencia voluntaria a la bendita palabra de Dios. Por esta gracia divina recibimos la vida eterna y herencia entre los santificados.

 Apoyo Bíblico: Romanos 4:16; 5:2; 11:5-6; 2 Corintios 8:9; Efesios 2:7-8; 2 Timoteo 1:9; Tito 3.7.


H.   El arrepentimiento y el nuevo nacimiento: 

 Creemos que el arrepentimiento es un cambio de actitud mental, sentimental y de la voluntad hacia Dios. Está inseparablemente relacionado con la fe verdadera y se caracteriza por tristeza por el pecado, reconociendo que es ofensivo a Dios y causa la ruina del alma. El resultado de un arrepentimiento genuino conlleva instantáneamente al nuevo nacimiento, por medio del cual el pecador arrepentido se convierte en una nueva criatura en Cristo. Es instantáneo y no el resultado de un proceso. Esta es una obra del Dios soberano, por el poder del Espíritu Santo.

 Apoyo Bíblico: Lucas 13:1-3; Juan 3:3-21; Romanos 2:4; Hechos 2:38; 3:19; 20:21; 2 Corintios 5:17; 7:10. 


I.   La seguridad de los santos:

 Creemos que todos los que verdaderamente han nacido de nuevo, son guardados eternamente por Dios el Padre para el Señor Jesucristo. La palabra de Dios nos dice que cuando recibimos la vida eterna al haber confesado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, nos asegura una eterna permanencia con él y por tanto es imposible que podamos ser arrebatados de sus manos. Dios asegura a sus santos de esa permanencia con él hasta el día de la eternidad, siempre y cuando estos llamados santos hayan nacido de nuevo por medio de un verdadero arrepentimiento. 

 Apoyo Bíblico: Salmos 121:3; Mateo 13:19-23; Juan 8:31-32; Juan 10:28-29; Romanos 8:23, 35-39; Filipenses 1:6; 1 Pedro 1:5; 1 Juan 2:19; Judas 1.

J.   La justificación: 

 Creemos que la justificación es el acto judicial de Dios mediante el cual él nos declara justos por medio de la fe en Cristo Jesús. La justificación incluye el perdón de los pecados y la imputación de los méritos de Cristo. Esta es dada no en consideración a las obras de justicia que hemos hecho, sino solamente a través de la fe en la sangre redentora de Cristo.

 Apoyo Bíblico: Isaías 53:11; Zacarías 13:1; Hechos 13:39; Romanos 5:1, 9; 8:1; 2 Corintios 5:18-21.

K.   La adopción: 

 Creemos que la adopción es un acto de gracia mediante el cual el Padre, para la gloria de Cristo, coloca los nuevos creyentes en la posición honrosa de hijos, en contraste con la regeneración por medio de la cual el creyente recibe la naturaleza de Dios y es recibido como hijo de Dios. El beneficio completo de la posición lograda con la adopción como hijo de Dios, será recibido con la glorificación del creyente a la llegada del Señor Jesucristo.

 Apoyo Bíblico: Gálatas 4:1-7; Efesios 1:4-5; 1 Juan 3:1-2.

L.   La santificación: 

 Creemos que la santificación es la acción divina mediante la cual el creyente es apartado para Dios. La santificación se realiza en tres formas:

 •     SANTIFICACIÓN POSICIONAL: Es el acto eterno de Dios basado en la redención en Cristo, colocando al creyente en posición de santidad desde el momento en el cual confía en Cristo como su Señor y Salvador.

 •     SANTIFICACIÓN PROGRESIVA: Se le llama así al proceso de santificación en que permanece el creyente a medida que el Espíritu Santo aplica la palabra de Dios a su vida.

•     SANTIFICACIÓN FINAL: Se aplica este término al momento final del proceso de la santificación cuando Cristo regrese por segunda vez o vayamos a su presencia.

 Apoyo Bíblico: Juan 17:17; Efesios 5:25-27; 1 Tesalonicenses 4:3-4; 5:23-24 y Hebreos 3:1; 10:10-14. 

M.   La iglesia:

 Creemos que la iglesia universal es una institución del Nuevo Testamento desconocida por los profetas del Antiguo Testamento; establecida por Jesucristo, quien es su única cabeza, revelada por los santos apóstoles, autorizada y perpetuada por el Espíritu Santo. Es el «cuerpo de Cristo» para su servicio y la «novia de Cristo» para su gloria. La iglesia empezó con los santos del Nuevo Testamento. La iglesia universal es manifestada por la iglesia local, que es una congregación de creyentes bautizados por inmersión en agua, asociados mediante pacto en la fe y comunión del evangelio. La misma practica las ordenanzas de Cristo, es gobernada por su palabra, ejerce los dones, derechos y privilegios que a ella otorga la palabra de Dios.

 Los oficiales establecidos en las Escrituras para gobernarlas son los obispos o pastores o ancianos y los diáconos. Ella tiene el derecho absoluto de autonomía. Es dirigida por el Espíritu Santo y que tiene que ser responsable sólo a Cristo, su única cabeza. Su labor principal en la tierra es cumplir con la gran comisión, que consiste en predicar el evangelio de Cristo a los incrédulos y discipular a los creyentes bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. 

 En todos los asuntos de miembros, política, gobierno, disciplina y benevolencia, la voluntad de la iglesia local es conclusiva y soberana, siempre que esté basada en los principios establecidos en la palabra de Dios.

 Apoyo Bíblico: Mateo 16:18; 18:15-18; 28:19-20; Marcos 16:15-16; Hechos 1:8, 2:1-13, 41-47, 15:14; 1 Corintios 1:2-6, 5:4, 7:17, 11:16; 12:12-28; Efesios 1:22-23, 3:21, 5:23-33; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Timoteo 3:1-15; Tito 1:5-9.

 N.   Las ordenanzas: 

Creemos que hay sólo dos ordenanzas ceremoniales de la iglesia: El bautismo y la cena del Señor.

1.  BAUTISMO: Es el acto solemne de la inmersión de un creyente en agua (bautismo de agua). Demuestra la fe en su Salvador crucificado, sepultado y resucitado. Demuestra el resultado de esa fe en nuestras vidas en la muerte al pecado y la resurrección a una vida nueva; mostrando de esta manera la aspiración de una buena conciencia hacia Dios. 

 Apoyo Bíblico: Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 2:38-41; 8:36-39; Romanos 6:1-9; 1 Pedro 3:21.

2.   CENA DEL SEÑOR: Es el acto solemne de la conmemoración de la muerte de nuestro Señor hasta que él vuelva y de nuestra comunión continua con él. Solamente creyentes bautizados deberán participar y éstos después de examinarse a ellos mismos.

Apoyo Bíblico: 1 Corintios 11:23-34.

O.   Las finanzas: 

 Creemos que todo aspecto económico de la iglesia y de su obra relacionada con la palabra de Dios debe realizarse por medio de las ofrendas voluntarias de sus miembros, quienes por el parámetro bíblico y conforme hayan propuesto en su corazón traerán sus ofrendas al Señor como un acto de adoración a él.

 •     Dios ama al dador alegre y promete bendecir a aquellos que tienen como un privilegio ser parte de su iglesia.

•     Es Dios el que proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia al que cumple con esta demanda bíblica de dar.

•     Para Dios esto es «DON INEFABLE».

 Apoyo Bíblico: Proverbios 3:9-10; Malaquías 3:10; 1 Corintios 9:7, 16:2; 2 Corintios 8 y 9.

P.   Los justos y los injustos: 

 Creemos que hay una diferencia radical y esencial entre los justos y los impíos. Solamente son contados como justos para Dios, los que por la fe han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y son santificados por el Espíritu Santo. Los que continúan sin venir al arrepentimiento son impíos a la vista de Dios y permanecen bajo su ira. La diferencia entre los justos y los injustos se aplica aún después de la muerte, en la felicidad consciente y eterna de los salvos y el sufrimiento consciente y eterno de los perdidos. 

 Apoyo Bíblico: Malaquías 3:18; Lucas 6:25; Juan 3:36; 8:21; Romanos 6:17-23.

Q.   Los acontecimientos por venir: 

Creemos que en cualquier momento ocurrirá el arrebatamiento de la iglesia, donde Cristo tomará a los suyos y los llevará al cielo eterno. Este acontecimiento ocurrirá para dar paso al cumplimiento de la última semana profetizada por el profeta Daniel para el pueblo de Israel y dará inicio a la gran tribulación. Luego de la gran tribulación, Cristo vendrá en poder y gran gloria para sentarse en el trono de David como ha sido profetizado y establecerá su reinado milenial sobre la tierra. Terminado el milenio, Dios juzgará a los muertos y cada uno irá a su lugar eterno.

Apoyo Bíblico: Isaías 9:6-7; 11:1-9; Daniel 9:25-27; Mateo 24 y 25; Lucas 1: 30-33; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 19; 20:10-15; 21.

R.   El destino eterno: 

 Creemos que el ser humano ha sido creado por Dios para su gloria y alabanza y por esto él ha dispuesto dos lugares eternos. Aún cuando los hombres mueran serán resucitados para llevar sus almas con cuerpos especiales para ir a la eternidad. Los que han dormido en Cristo resucitarán para vida eterna y los que han muerto sin Cristo resucitarán para vergüenza y confusión perpetua. El cielo nuevo y la tierra nueva es el lugar de destino eterno para todos los que han confesado a Cristo como su Señor y Salvador. El infierno o lago de fuego y azufre es el lugar de destino eterno donde serán arrojados los que rechazan el don gratuito de la salvación. 

 Apoyo Bíblico: Daniel 12:2; Mateo 25:41; Juan 5:22-30; 1 Tesalonicenses 4:13-16; 2 Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 7:9; 19:20, 20:10-15; 21 y 22. 

S.  Israel: 

 Creemos en la elección de Israel como el pueblo del pacto eterno de Dios. Este pueblo está actualmente disperso por su desobediencia y rechazo de Jesucristo, pero será reintegrado en la tierra santa y salvado como nación en la segunda venida de Cristo después que la iglesia sea completada y concluya el pacto de la gracia.

 Apoyo Bíblico: Génesis 13:14-17; Ezequiel 37; Romanos 10:1; 11:1-32. 

T.  El matrimonio:

Creemos que Dios es el creador de la institución del matrimonio para la unión de un hombre y de una mujer. Entendemos que el pecado del hombre ha distorsionado los parámetros de Dios y ha pervertido esta maravillosa institución. Por tanto rechazamos todo intento del hombre de unir personas del mismo sexo. 

 De igual manera creemos que el divorcio es algo que Dios aborrece y nunca estuvo en su plan original al crear el matrimonio. No obstante, por causa del pecado, el Señor Jesucristo declaró que si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer, es culpable de cometer adulterio. La única razón para que una persona casada se divorcie y se case de nuevo sin incurrir en adulterio es en el caso de que su cónyuge haya cometido pecado sexual o fornicación y no haya habido una reconciliación entre las partes.

 Apoyo Bíblico: Génesis 2:24; Malaquías 2: 16; Mateo 5:32; 19:9; 1 Corintios 7; Efesios 5:22-33.

U.   El gobierno civil: 

 Creemos que las Escrituras enseñan que existe el gobierno civil por disposición divina para los intereses y el buen orden de la sociedad humana. Por tanto debemos orar por los magistrados, honrándolos en consecuencia y obedeciéndoles, salvo en cosas opuestas a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, único dueño de la conciencia y Rey soberano por sobre todos los reyes de la tierra. 

 Apoyo Bíblico: Mateo 22:21; Hechos 5:29; Romanos 13:1-7; 1 Timoteo 2:1-8; Tito 3:1; 1 Pedro 2:13; Apocalipsis 19:16.l